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sábado, 28 de enero de 2012

Muerto viviente

     
     Nuevamente las sombras con su manto oscurecen mis opciones. Simplemente hoy otra vez soy consciente de que no te miraré nunca más reír con el sarcasmo que acostumbrabas, jamás tus ojos chispeantes y provistos de enigmas volverán a posarse en mí despreocupadamente; al fin y al cabo lo único que importaba era el ahora. Cada vez que esto me sucede siento que empequeñezco de poquito en poquito y  que el final para mí de una vez se aproxima con cada lágrima secreta que dedico a tu fantasma mientras escudriño en las estrellas añorando obtener respuesta o señal alguna de tu nueva realidad. Siempre henchida de soledad mi alma abandona la esperanzadora imagen de un cielo negro y estrellado que pueda hablarme de ti; traerme el eco de tu voz con el gélido viento de invierno. Más sin embargo siempre a solas me recuesto queriéndote soñar, aunque mis sueños ahora sean hondos pozos de tristeza donde tu recuerdo poco a poco ha comenzado a confundirse con el color del olvido. En toda mi oscuridad las luces se apagan para nunca volverse a encender; así como mi vida ha estado llena de buenas intenciones solamente. El fuego fatuo de tu memoria seduce mi delirio suicida, pues en él muchas veces me he visto arder por fin feliz. Los días se han convertido en meses y éstos en años. La vida es demasiado corta, pero puede hacerse demasiado larga cuando tu corazón es tan solo una máquina que sirve para mantener en pie a un muerto viviente.



     Ale... Desde el Infierno
     Copyright©2012 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved
     

jueves, 12 de enero de 2012

Indispuesto

     
     Con que diligencia las personas hablan de la enfermedad, incluso hay algunos que te lo dicen de manera pomposa y presumida. Como si de un logro se tratara. Como si de una travesura quizá. Pero a mí la enfermedad me tumba, me deprime. Aunque me siento bien sé que por dentro las cosas andan mal y la vida que es un suspiro se acorta todavía más. Entonces es cuando te das cuenta que habrá sueños y metas trazadas que no se podrán concluir. Tantos conocimiento que no se podrá descubrir, libros enteros que no serán leídos, música que no será escuchada. El universo es tan vasto, cualquier universo. 
     Una vez tuve un paciente que venía con la enfermedad encima. Una persona robusta, fuerte como roble. Me comentaba que a escasos tres meses sería intervenido quirúrgicamente para que se le trasplantara un riñón que valientemente su hermano donaría. También me dijo que la enfermedad llegó a él gracias a una vida libertina y llena de alcohol, todo gracias a un buen puesto y un muy buen sueldo. A la larga tanto dinero lo envenenó y le facilitó la enfermedad. Pero según él, gracias a Dios se sentía fuerte y su organismo era especialmente imbatible. Al parecer todo era un mero trámite. Se le presentaba una segunda oportunidad de oro que no pensaba desaprovechar.
     De todo esto tendrá menos de 6 meses. Hoy desde el transporte público he visto a ese hombre que antaño fue poseedor de un organismo especialmente fuerte. Un guiñapo de señor, caminando a duras penas ayudado por un bastón, encorvado y los cabellos despeinados, su aspecto no se diferenciaría del de un limosnero debido a su apariencia. Pero es la enfermedad quien lo ha desmenuzado y la muerte quien tal vez un día venga a comer. No sé si lo operaron. No sé qué pasó. Lo que pienso es que la vida le negó esa segunda oportunidad que él creía en la bolsa del pantalón.
     Por eso es que debo acelerar. Tengo que escribir lo que tengo que decir, leer a marchas forzadas para aprender de mi universo lo más que se pueda, escuchar toda esa música mágica que está guardada en la memoria del ordenador; es impresionante la manera en que diariamente salen libros nuevos, discos nuevos. Todo está en constante movimiento, constante revolución. Mientras mi tiempo progresa hacia el olvido, mi vida decae cada segundo un poco más. No le tengo miedo a la eterna soledad, pero sí a pasar desapercibido en el mundo, más no en la sociedad.

     Ale... Desde el Infierno
     Copyright©2012 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved

miércoles, 11 de enero de 2012

RECOMENDACIÓN AUDITIVA


Iron Maiden
Fear Of The Dark
1992
Heavy Metal
Inglaterra

Tracklisting:

  1. Be Quick Or Be Dead
  2. From Here To Eternity
  3. Afraid To Shoot Strangers
  4. Fear Is The Key
  5. Childhood´s End
  6. Wasting Love
  7. The Fugitive
  8. Chains Of Misery
  9. The Apparition
  10. Judas Be My Guide
  11. Weekend Warrior
  12. Fear Of The Dark
     Iron Maiden sin lugar a dudas es una banda de culto. No hay disco de ellos que no contenga temas que inmediatamente se pinten de clásicos. Tal es el caso del disco en cuestión: "Fear Of The Dark". Es el noveno disco de estudio de los ingleses. Este acetato marca cambios importantes en la banda: por principio de cuentas Eddie (si es que es Eddie) sufre una metamorfosis notable; también éste sería el último disco donde cantaría Bruce Dickinson por un largo tiempo. Quizá no estamos ante el mejor trabajo de la doncella, pero es de suma importancia porque después del supuesto fracaso de "No Prayer For The Dying" hay una mejoría significativa en la labor compositiva, aunque un tanto desfavorable el hecho de que  haya canciones que para mi personal punto de vista jamás deberían haber conformado esta placa. Se extraña sin duda a un Adrian Smith, pero creo que aporta lo suyo Janick Gers en la guitarra. 
     Arranca con poderío "Be Quick Or Be Dead", hace pensar que estamos ante unos Maiden recargados: la entrada en la batería y el grito de Dickinson no dan tregua alguna y nos conducen por un camino lleno de melodía desenfrenada y riffs poderosos, definitivamente una canción a lo Maiden. "From Here To Eternity" es una canción un tanto más relajada, pero con coros muy pegajosos, quizá lo que le valió ser tomada para convertirse en sencillo y para el setlist de la gira; yo pienso que pudieron haber escogido algún otro track que merece más la pena. "Afraid To Shoot Strangers" nos sumerge todavía más en un ambiente oscuro, con un comienzo lento que poco a poco va volviéndose rápido y unos solos de guitarra espectaculares; la melodía simplemente impresionante. "Fear Is The Key" quizá es la parte donde comienza a decaer el más puro estilo maideniano, pero a mi percepción es salvable, tiene momentos buenos a secas. Con "Childhood's End" es otro cantar: volvemos al momento álgido de la cátedra que imparten Harris y compañía, una canción hermosa por donde se le vea, tiene agresividad pero también enormes líneas melódicas y una letra que a muy pocos hizo recapacitar. "Wasting Love" es una canción muy tranquila podría decirse que es una balada al puro estilo de la doncella de hierro, pasable pero hasta ahí. "The Fugitive"  es uno de esos temas a los que les hace muy poca si no es que nada de justicia y se tacha de malo, pero en realidad es una gran canción que vale la pena escuchar y reescuchar para que pueda ser apreciada, quizá esto le ha sucedido por ir más en la línea de lo que se hizo en 1990 con "No Prayer...". "Chains Of Misery" es un tema a medias, algo comercial y que para muchos está fuera de lugar en este disco, pero yo lo he aprendido a disfrutar, tiene lo suyo. "The Apparition" es uno de los temas malos que no deberían aparecer en este disco, sin temor a equivocarme es el peor tema que Iron Maiden y muy en particular Steve Harris han hecho, incomentable. "Judas Be My Guide"  es por mucho otra canción a la que no se le hace justicia, quizá peca de demasiada melodía y es muy pegajosa; pero es en sí eso lo que la hace tan especial y avasallante, una canción que debería ser clásico y no le fue. "Weekend Warrior" es otro título incomentable, quizá encajaría mejor en lo que hizo posteriormente Bruce Dickinson como solista, pero no aquí. Por último la majestuosa "Fear Of The Dark" un himno por sí misma, una manera ejemplar de concluir un disco. Es una canción convertida en éxito y en clásico desde su nacimiento, nunca falta en las presentaciones alrededor del mundo de Iron Maiden, tema crucial para la salvación en su evaluación general de la placa. Ya lo dije antes, no es su mejor trabajo... pero bien vale la pena darle no una, sino muchas escuchas a este gran disco. Up the Irons!

     Ale... Desde el Infierno

UNA PIZCA DE CIELO

Be Quick Or Be Dead

Afraid To Shoot Strangers

Fear Of The Dark

     Ale... Desde el Infierno

Cartelera Cultural

My Dying Bride, Eluveitie & Moonsorrow en México
Sábado 21 de Enero de 2012
Circo Volador

Stratovarius, In Extremo, Orphaned Land & Amorphis en México
Sábado 28 de Enero de 2012
Circo Volador

Evanescence en México
Lunes 30 de Enero de 2012
Palacio de los Deportes

     Ale... Desde el Infierno
     Stay Heavy!

Fantasmagoria

     
     Recuerdo muy bien el primer día que puse un pie en la casa, sentí algo malo en ella, algo siniestro. Simplemente era como si estuviéramos entrando en la propiedad de alguien sin su consentimiento, la única diferencia es que los propietarios no se alarmaban ni llamaban a la policía; nos dejaban permanecer con un propósito aún más oscuro y vil. Quise decírselo a mi futura esposa inmediatamente, pero ¿qué podría ella pensar de alguien que toda su vida se la ha pasado contando que tiene experiencias extrañas y sobrenaturales desde la casa de sus padres? ¿qué podría pensar de alguien que se encuentra incómodo en una casa que les ha sido dada debido a una repentina situación que obliga al matrimonio y la procreación de los hijos? Seguramente pensaría que todo es una excusa, un mero pretexto para no establecerse en esta casa; quizá orgullo simplemente.
     Pero yo sé que no es así, yo sé que algo está aguardando. ¿Y si lo que me acosaba con mis padres me ha seguido hasta acá? Ahora recuerdo que mi madre tiempo después que me vine a vivir aquí en una ocasión me dijo que se quedó a dormir en mi vieja habitación y no sintió nada, nadie la asustó y estuvo muy tranquila. Entonces quizá sí, eso me ha seguido y ahora se encuentra con nosotros. En todos esos años nunca me hizo daño, y además en sueños fui yo quien lo dejó entrar...



     "Me encontraba en un bosque enorme. Por donde miraras había árboles altos y frondosos que en algunas zonas impedían la entrada de los rayos del sol, éstos escoltaban una vereda que bajaba hasta lo que parecía ser una puerta de piedra en medio del bosque, pero la puerta no llevaba al interior de ninguna parte, pues al otro lado continuaba la vereda del bosque. Sin embargo yo tenía la extenuante necesidad de llegar a esa puerta, pues me sentía perseguido por algo o alguien y muy cerca del acorralamiento. En realidad no se escuchaba ningún sonido propio del bosque que no fuera el soplar del viento, era un viento fuerte como cuando hay tiempo de huracanes, más que nada un ventarrón de dimensiones impresionantes; pero voces y lamentos se escuchaban en él, como si el viento los trajera, como si en el viento viajaran; y eran precisamente esas voces y esos llantos los que provocaban en mí un temor enorme, como si pudieran hacerme daño, como si de repente la fuerza del viento pudiera verse convertida en una mano incorpórea que pudiera tocarme, una boca que pudiera morderme y desgarrar mi carne.
     Por eso era necesario correr hacia la puerta, algo me decía que del otro lado estaría bien, seguro y  a salvo, que del otro lado no podrían hacerme daño quienes fuera que fuesen los dueños de aquellas voces y aquellos lamentos. 
     Corría yo por la vereda dejando mis huellas en el polvo provocando una pequeña nube, los rayos del sol caían directo en la parte de la vereda que circundaba la puerta y conforme me acercaba el calor abrasador por momentos se convirtió en un insoportable enemigo más.  Un dolor punzante me hizo mirar repentinamente hacia abajo y no sé como describir lo siguiente que miré, pues escapa a toda cordura: la vereda repentinamente se había convertido en un camino lleno de maleza, ahora era un camino espinado en donde se me enredaban los pies y se me dificultaba dar el siguiente paso, incluso donde primero creí ver  algunas plantas, luego volvía a mirar y tenían la forma de manos largas y huesudas que al no poder apoderarse de mis tobillos tan sólo me arañaban con largas uñas podridas; un parpadeo rápido más y donde hacía segundos había una mano ahora había nuevamente una planta llena de espinas que se clavaba en mis tobillos y mis pantorrillas. Por momentos creí enloquecer.
     Tanta lentitud en los pasos debida a las plantas-manos era desesperante y sofocante aunado a ello por detrás estaban los lamentos y las voces y por los costados la impresión de  que los árboles cerraban el camino poco a poco, puse atención en la sonoridad del viento, pero no podía entender lo que decían esas voces ultraterrenales, aunque quería hacerlo. Lo único cierto es que sentía detrás de mí y a pasos cercanos una figura que corría velozmente para alcanzarme. Fue cuando finalmente llegué a la puerta y miré hacia atrás para poder observar qué o quién me perseguía, pero sólo alcancé a divisar de reojo un bulto negro que entra por la puerta a gran velocidad. En ese momento todo cesó: el viento, las voces, los lamentos; la vereda volvía a ser vereda y el bosque volvía a ser bosque; habían desaparecido las manos que arañaban y las plantas espinosas que se clavaban. Repentinamente se escuchaba el trinar de los pájaros y se veía a lo lejos el revolotear de las mariposas cerca de los árboles que ya no amenazaban con cerrar el camino. El bosque se normalizaba y yo había sido tan sólo lo suficientemente estúpido y paranoico por un temor sin sentido. Lo que entró por la puerta era quizá tan sólo alguien más o un animal del bosque que igual que yo quería llegar para cruzar. 
     Así que yo cruzo y cierro la puerta..."
     


     Entonces desperté, mi antigua habitación se encontraba en total oscuridad, y yo me incliné en la cama porque me dolía el pecho, quizá me estaba pasando algo, pensé que tendría algún problema con el corazón, comencé a sudar por el esfuerzo que me provocaba el respirar con rapidez y de manera agitada; intenté calmarme y funcionó porque el dolor comenzó a disminuir y la respiración agitada se fue normalizando. Cuando me sentí bien fue que reparé en la presencia; sentía que había alguien parado justo al lado izquierdo de mi cama, levanté la cabeza para intentar mirar y no había nada, no había nadie, únicamente estaba el mueble donde colocaba mis discos y mis libros, estiré mi brazo intentando tocar a la persona que parecía estar de pie a mi lado y mi mano agarró tan solo oscuridad. Aún así yo sentía algo y entonces comencé a hablar: 
-¿Quién eres?- No hubo respuesta. 
-¿Qué quieres?- Y tampoco respondió. 
-Preséntate ante mí- dije
-¡¡¡¡¡¡NNNNNNNOOOOOOOOOOOOO!!!!!!- Fue toda respuesta. Pero no la escuché proveniente del exterior en mi habitación, sino que esa palabra explotó en el interior de mi cabeza; no encuentro las palabras adecuadas para explicarlo, pero estoy muy seguro que no fue algo proveniente de mi pensamiento, porque esa voz apagó completamente todos mis pensamientos. Es como si mi mente hablara a un volumen 5 y esa voz habló o más bien gritó en volumen 20. Simplemente estaba por encima de mi mente y de mi pensamiento.
     A partir de este hecho sucesos inexplicables comenzaron a ocurrirme en casa de mis padres, al principio les contaba pero nadie me creía, incluso mi hermano decía que a lo mejor yo tenía una enfermedad. Así es que comencé a vivir con esto en el más oscuro secreto, atormentado pero jamás vejado por lo que sea que esto es.
     Y ahora parece que eso está aquí también en esta  casa. Adonde quiera que vaya me seguirá, no sé cómo podré proteger a mi familia, no he sabido en todo este tiempo cómo protegerme yo mismo. Dios no me escucha más.



*****

     Las noches parecen interminables, el eco de estar malsoñando persigue los pasos de la cordura hasta el punto de preguntarme en dónde comienza y dónde termina la realidad. ¿Alguna vez terminará? ¿Alguna vez trascenderá de una vez por todas? Por fin me levanto a oscuras y salgo al pasillo y como impulsado por un resorte bajo las escaleras y es cuando el terror ciego acecha, un temor indescriptible e irracional, pero intangiblemente real; no puedo ver nada en la penumbra y aún así volteo hacia los lados y hacia atrás para intentar divisar qué o quién me sigue, lo que sea que está detrás de mí a escasos centímetros me eriza la piel: es una presencia, lo sé; a pesar de lo que todos me dicen yo lo sé ciertamente y es asfixiante el miedo que provoca.     
     No sé por qué el miedo provoca diversas reacciones dependiendo cada persona; hay quienes echan a correr apenas son atravesados por la fina daga del temor, pero hay otros donde me incluyo yo que quedamos paralizados, imposibilitados de mover un músculo siquiera. En fin, llega un momento después de la petrificación en donde tu conciencia suelta de manera atrasada una alarma que te dice que debes moverte, pero dichos movimientos son demasiado lentos, como en cámara lenta.
     Y es así en cámara lenta que yo esa noche bajé las escaleras con algo o alguien a mis espaldas pisándome los talones, respirándome en la nuca, murmurando al principio cosas ininteligibles que se convertían en risas traviesas que al final dieron paso a sonoras carcajadas y cloqueos extraños, como si de varios entes o personas se tratara. En cualquier momento creo se despertará mi familia; pues las voces, las risas se han hecho francamente ruidosas. Pero nada de eso ha pasado, por la recámara no se ha asomado mi esposa, ni mi hija se ha despertado llorando por ver interrumpido su sueño de ángel.
     No sé cuánto tiempo me ha tomado bajar las escaleras, pero eterno se me ha hecho, los doce escalones más interminables de mi vida. ¡Maldita sea! la luz al pie de la escalera no enciende; debo mandar a arreglar el apagador, eso mismo me dije hace tres años que me mudé a esta casa tan llena de viejos recuerdos y antiguas energías. Doy unos pocos pasos sigiloso, como si de un ladrón se tratara, paso de largo la puerta del baño y llego a la cocina para poder encender la luz y antes hacerlo y en cuestión de segundos de reojo a mi derecha es cuando la veo al final del pasillo: la presencia. De pie al lado del ventanal que está al lado de la puerta principal, su silueta perfectamente delineada, pero ahora se mueve ligeramente hacia abajo como si quisiera esconderse, como quien intenta agacharse para no ser visto, pero se queda a mitad del camino porque sabe que ha sido descubierto, me mira fijamente con atención. Este nuevo ataque de terror no me permite encender la luz y también me le quedo mirando atónito y sin poder creer que esto esté ocurriendo. Es la silueta de un hombre sin dudas... entonces hay otros, no es el único. Porque aquella noche... la mujer que... Oh Dios ayúdame a encender la luz, una luz,  la que sea...


Ale... Desde el Infierno
Copyright©2012 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved

jueves, 5 de enero de 2012

Hasta Pronto

  


   Tiempo de sobra es lo que te dan las fiestas navideñas: para estar con tu familia, con los amigos; para dejar a un lado la monotonía y la exquisitez de la soledad en el trabajo; para reflexionar mucho, demasiado; sobre todas las cosas que pasan en la calle, en el país, en el mundo y que las más de las veces son cosas malas. Así que al menos a mí no me parece que sean tiempos de paz y armonía, tan sólo es la añeja costumbre de un cliché polvoriento que alguna vez fue una realidad pintada a medias. En fin que yo no voy a arreglar al mundo, que lo arreglen quienes se lo chingaron, yo me largo. 
     Siento como si hubieran pasado años sin que me atreviera a volver a escribir algo y es que de repente se me fueron totalmente las ganas; así como cuando uno se vuelve viejo y pierde el deseo sexual así yo perdí esa llama en mi interior que me impulsaba a expresar cualquier cosa, ya fuera de música, ya fuera de la eterna tristeza que a veces parece embargar mi corazón. Pero no quiero decir que esto haya sido malo porque se pierden algunas cosas y ni modo, pero se ganan otras, o más bien te reencuentras con otras que creías perdidas. Ahora simplemente el esfuerzo es para comenzar a encontrar el equilibrio entre lo perdido y lo encontrado, tener la capacidad de dar un paso hacia atrás sin soltar lo que recuperas y recoger lo que dejas. Y así funciona para mí que por fin vuelves a ser lo que alguna vez fuiste. 
     En fin que ya no habrá más cavilaciones, he trazado un camino y lo seguiré hasta el final. No sé el rumbo que llevarán ahora las cosas. Lo único que sé con certeza es que me despido de todo y de todos. Me dedicaré enteramente a mi metamorfosis, quizá este será el medio más importante para tener noticias que te acerquen a mí; de vez en cuando me acercaré a ti para no hacerme olvidar, pero sólo muy de vez en cuando. 

     Ale... desde el Infierno
     Copyright©2012 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved