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viernes, 18 de octubre de 2013

No pasa nada

    



     Las notas suaves de la música imaginaria se suceden dentro de mí, invitando a un sueño profundo e irreal. Acepto gustoso la abducción. Tembloroso pero emocionado por las texturas de los recuerdos guardados celosamente, por fin dispuesto a abrir la puerta que durante muchos años había mantenido cerrada... El olor de las motas de polvo y humedad que perduran en la sucia y desarreglada habitación inundan de melancolía mis sentidos en la oscuridad... Afuera se escuchan las risas, las voces, las burlas. Aquí dentro te miro de cerca y te veo tan altiva, orgullosa y despreocupada mirándome y riendo con sarcasmo, tus ojos son tan sólo un tren malicioso que lleva a gran velocidad una dulce invitación a perderme para siempre en tus labios, para dejarme llevar por el corcél de tu aliento imparable y tenaz, invitándome a olvidar que existe este universo, olvidar que existe la decencia, invitándome simplemente a probar la dulce locura de los amantes enamorados... Intentando hacerme ver que lo único que importa es el momento, este único momento... 
     Y es que así fue igual con cada momento que compartimos durante esos años maravillosamente marchitos ya. Te recuerdo mucho, pero te sueño menos de lo que yo desearía. Quisiera volverme a embriagar de ti y acariciar tu largo cabello, engañarme mil veces más y tocar tu piel una vez y otra vez.  Apostar contigo y no ganar, pero tampoco perder.
     Abro mis ojos a la realidad y aquí estoy, sentado ante una noche espectacular; esperando el final en el borde del abismo de los recuerdos que una vez compartimos; observando la brillantez y la blancura de la luna que ya no refleja más tu oscuro y enigmático mirar. El mar de estrellas y la negra noche en el bosque perdido de mis esperanzas susurran tu nombre y la tierra tiembla bajo la tiniebla de mis pensamientos desesperados; ansiando tu calor, anhelando la palpitante emoción de la complicidad que nos hacía reír cada mañana después de noches enteras inundados de pasión y de alcohol desmedidos...
     Ahora esos días se han marchado, ya han pasado muchos años y tu lugar en mi vida nadie lo ha ocupado y sé con certeza que nadie más lo podrá ocupar ni en esta ni en otra vida. Lo más curioso y estúpido es que durante mucho tiempo no fuiste nadie para mí, nuestro cariño se engendraba durante noches etílicas y latía con gran intensidad, y todo se resumía a eso. Hoy esos latidos se han apagado contigo, con tu luz, te llevaste mi sentir cuando te fuiste persiguiendo tus sueños a otra dimensión. Pero yo siempre creí que no pasaba nada, absolutamente nada. ¿Y sabes? No pasa nada. Es sólo que ya no tuve oportunidad de decirte que me había dado cuenta de que sí te amaba. Tus últimas palabras, tus últimos mensajes, tu última imagen, todo lo que guardo... Gracias por la locura, por el desenfreno, por el frenesí, por la fiebre, por... por todo.
   


Ale... Desde el Infierno
      Copyright©2013 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved

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