Sé con
justa razón por qué se mata, por qué se hiere. Por qué nos suicidamos con la
pistola del amor. Por qué nos volvemos locos ante el susurro del viento que te
dice al oído el nombre de la persona que amas, tan solo para hacerte recordar
que no la tienes a tu lado.
Y yo me
pregunto, ¿por qué no puedes ser? ¿Por qué no puedes ser mi cáncer? Quiero que
lo seas, que vivas dentro de mí y no te pueda eliminar. Estar siempre juntos.
Aliméntate de mí, consúmeme hasta morir. ¿Por qué no eres tú mi cáncer para no
separarnos nunca, para tenerte día y noche? Sé mi cáncer para que puedas
conocer mis sueños. Podrías a través del dolor hacerme saber que estás conmigo
y no te olvidaría jamás. Moriríamos juntos, viviría hasta que tú así lo decidieras.
Irías a donde yo fuera. ¿Te das cuenta que te quiero? En realidad no sé por qué
no puedo dejar de extrañarte, no puedo dejar de pensarte y es que te llevo siempre en mi mente. Pero no te veo, no te siento. Quiero acariciarte, quiero tocarte.
Eres tan solo una realidad efímera.
Pero en
mis periodos de lucidez te conviertes en un dulce sueño sin escape a la
realidad. Y así es como quiero partir. Con la luz de tu mirar.
FRAGMENTO
XXII
…A lo lejos, muy a lo lejos el trinar de las aves me sustrae
de mis ensoñaciones y termino por abrir los ojos lastimados por la luz matinal y al instante devuelvo
mi conciencia hacia una realidad que mata, que duele, que hiere sin cesar. Y
con deseos de morir para poder vivir en el sueño eterno me incorporo una vez
más para realizar la rutina de cada día: subsistir miserablemente en un lugar
en el tiempo donde jamás he pertenecido. Quisiera ser libre.
Copyright©2014 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved
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