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lunes, 3 de marzo de 2014

Yo poseo un abismo



            "Hace mucho tiempo que he querido hablarte, llamarte por tu nombre. Y hace tiempo que no te veo, tanto que creía haberme curado, creía haberte olvidado; y creí que por fin podría recuperar la alegría que se había marchado. Pero hoy con una simple canción y una fragancia mis recuerdos evocaron tu sonreír y con tu recuerdo nuevamente apareció el dolor lacerante y febril que hace mella en mi frío corazón marchito. Es por eso que te grito en la oscuridad, en el abismo del olvido; y te evoco con tanta súplica que mis ojos lloran."   
            
          Y mis ojos ya están cansados y adoloridos por tanto llorar. La noche parece interminable y el frío apenas perceptible susurra tu nombre mientras permanezco oculto en las sombras de la habitación. No te lo había dicho pero yo poseo un abismo. Mi abismo es una sutil invitación a terminar con todo este sufrimiento. Tan fácil que sería acabar; pero también morirían los sueños y la ilusión que ha nacido en mi interior. Me seduce inmensamente saber que sólo un breve momento de dolor me esperaría y por fin todo se largaría al olvido. ¿Acaso es que no he sufrido ya suficiente? ¿Acaso no ha sido ya suficiente? ¿Alguna vez es suficiente? Si ya he padecido tanto dolor que ni nombre le puedo dar, entonces puedo sufrir un instante más y descansar para siembre. Porque siempre he sido un hombre roto y ahora fantásticas cosas pequeñas aguardan a un espíritu triste que se encuentra perdido y olvidado. El vacío se hace cada vez más y más grande. Cada noche me despierto sobresaltado, subo las escaleras y camino hasta el filo de mi abismo y de esas noches cada minuto miro hacia el fondo intentando ver el final y lo único que veo es tan sólo la vileza interminable con la cual se ha conformado mi existencia y me dan ganas de dar el salto definitivo. Cuántas heridas sin sanar. Estoy cansado de las buenas intenciones. Sólo pretendo liberarme.
            Quiero correr, quiero gritar. A donde quiera que me vaya tu recuerdo me perseguirá y a donde quiera que me esconda yo desearé ser atrapado. ¿Entonces tiene caso huir? ¿Tiene caso esconderme? Estoy condenado. Pero no puedo luchar contra esto, no quiero luchar contra esto. Quiero dejarme llevar por la marea de tus palabras, ahogarme en los te quiero, los te extraño y el te adoro. Quiero morir de una vez sabiendo ahorita que me piensas y no marcharme sabiéndome olvidado. No quiero amarte mucho ahorita y decirte adiós mañana. No lo quiero. Yo no podría vivir sin tu luz, sin tus ojos deslumbrantes, quiero habitar en tu rabioso corazón.
           






Ale... Desde el Infierno
     Copyright©2014 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved



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