Puedo observar la grisura del cielo a través del ventanal que hay frente a mis ojos; la tarde es fría y la lluvia baña las calles solitarias que inundan de tristeza las lágrimas amenazantes de amargura y decepción. Un viejo y negro cuervo emprende el vuelo en desolación al momento que su graznido aguijonea mi mente y mi pesar. Aunque estoy sentado en el raído sillón tejido de recuerdos que fueron buenos en un momento lejano de mi vida, yo me siento al filo de un precipicio queriendo aventarme al vacío y vacío de valor añorando el dedo acusador y señalador de la cobardía para que me empuje al infinito de la nada; reventarme contra el suelo para que se escape toda esta locura, para que se derrame hasta la última gota de autodestrucción.
¿Acaso será que pueda volver a hacerlo? Beber hasta la saciedad, hasta tornar mi realidad en algo más emblemático y sublime para una honrosa muerte. ¿Acaso no ha sido ya suficiente? ¿Alguna vez es suficiente?
Ale... Desde el Infierno
Principios de 2011
Copyright©2011 Rubén Alejandro Domínguez Jameson All Rights Reserved
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"Caminante sobre el mar de niebla" de Caspar David Friedrich
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